- Duración: 30 minutos
- Acceso prioritario
- Billete móvil
- No se permiten fotos ni filmaciones
¿Qué esperar?
- Visitar las antiguas catacumbas
- Conozca la historia de las costumbres relacionadas con el enterramiento de romanos y cristianos
- Sáltese la cola y no pierda el tiempo
Un lugar de peregrinación espiritual
Las catacumbas son un lugar de peregrinación espiritual, una experiencia impactante y al mismo tiempo un ensueño romántico sobre el paso del tiempo. Por temor a las epidemias y según la costumbre, los romanos enterraban a sus muertos fuera de las murallas de la ciudad: a lo largo de la Via Appia se extienden las tumbas de romanos, cristianos y judíos y, para los menos pudientes, las catacumbas, cuyas galerías y nichos (loculi) de varios niveles forman un laberinto excavado en la toba.
Los cristianos y los judíos enterraban los cuerpos, mientras que los romanos incineraban los cadáveres y depositaban las cenizas en urnas. Los cuerpos embalsamados o amortajados de los cristianos se colocaban en estantes de roca, bajo losas de mármol en el suelo o en criptas familiares.
Las catacumbas de San Sebastiano se utilizaron como lugar de enterramiento pagano, luego, a finales del siglo II, se transformaron en una necrópolis cristiana dedicada a los santos Pedro y Pablo. Sólo en el siglo IV las catacumbas tomaron el nombre actual, que deriva del nombre del Santo colocado aquí tras su muerte (298). Son las únicas catacumbas romanas cuyo acceso ha permanecido abierto permanentemente a lo largo de los siglos. Tenían cuatro pisos subterráneos, el primero de los cuales fue destruido casi por completo. En una parte de las catacumbas hay tres mausoleos del siglo II. Pertenecían a personas bien situadas.
El joven Sebastián había preferido sufrir las torturas de las flechas antes que abjurar de la fe cristiana, pero no habiendo muerto, desafió al emperador Diocleciano en cuanto recobró las fuerzas. Éste hizo que lo llevaran al Hipódromo Palatino, donde lo mataron con un palo y arrojaron su cuerpo a la Cloaca Máxima. Milagrosamente se le apareció en sueños a la matrona Lucina, que recogió piadosamente sus restos mortales y los llevó a las catacumbas que tomaron su nombre. Originalmente, el cementerio se llamaba "ad catacumbas", es decir, cerca de las tumbas. Anteriormente existían en esta zona canteras de puzolana. El topónimo "catacumba" se extendió entonces para indicar directamente los cementerios subterráneos cristianos.
¿Qué incluye?
- La entrada incluye una visita guiada a las Catacumbas con personal interno
- Gastos de reserva y gestión
Opciones disponibles
- Idiomas disponibles para las visitas guiadas: Inglés, italiano, francés, español y alemán
Reducciones de precios
Entradas reducidas
- Menores de entre 7 y 16 años
- Grupos de estudiantes de primaria, secundaria e institutos (de 7 a 16 años)
- Estudiantes de arqueología, arquitectura, historia del arte y patrimonio cultural de hasta 25 años de edad que presenten el certificado exigido
- Hombres y mujeres del clero, monjas, seminaristas y novicios que presenten el certificado exigido
Entradas gratuitas
- Niños menores de 6 años
- Visitantes discapacitados y acompañantes
- Estudiantes del Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana (presentando la tarjeta expedida por la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra)
- Sacerdotes y monjas de la Comunidad Religiosa de Custodios de las Catacumbas. Profesores, tutores universitarios y catequistas que acompañen a un grupo (una entrada gratuita por cada 15 visitantes de pago)
- Los grupos de 35 o más visitantes que paguen el precio completo pueden beneficiarse de dos entradas gratuitas
- Los guías turísticos con licencia válida y los investigadores que presenten pruebas documentales de sus estudios pueden solicitar la entrada gratuita a la Comisión Pontificia de Arqueología Sacra.
Punto de encuentro
Para recordar
- Dado el carácter específico de los yacimientos, existen limitaciones específicas para los visitantes discapacitados
- Recomendamos a los visitantes que lleven calzado adecuado para una superficie antigua a menudo irregular y, según la época del año, ropa adecuada para las temperaturas subterráneas
- Prohibido fotografiar y filmar en las catacumbas
- Prohibido fumar en el interior de los monumentos