El Palio de Siena entre pasado y presente
Durante el verano, la Toscana se llena de diversos acontecimientos y fiestas, pero uno de ellos destaca sobre todo por su espíritu competitivo y su fervor. Por eso, si está planeando unas vacaciones en la Toscana, no deje de ir a Siena para asistir a su incomparable Palio.
El Palio de Siena es, de hecho, mucho más que una fiesta tradicional, organizada con fines turísticos, es -y quienes han participado en ella lo saben- la vida de los sieneses. El acontecimiento tiene orígenes realmente remotos, tanto que algunos reglamentos aún vigentes hoy en día, se remontan a 1644, cuando se celebró el primer premio con caballos, primero de una larga serie ininterrumpida. Pero los orígenes del Palio se encuentran más atrás en el tiempo, en la Edad Media, cuando en la plaza mayor de Siena se celebraban competiciones deportivas. A partir del siglo XIV los barrios de Siena organizan carreras, primero con jinetes a lomos de búfalos, luego con burros. Originalmente la carrera era una sola, la del 2 de julio, pero luego se añadió la carrera de agosto, al día siguiente de la celebración de la Asunción de María, el 16 de agosto.
La ciudad de Siena está dividida en 17 contrade con los límites establecidos en 1729 por el Aviso de Violante de Baviera, Gobernador de la Ciudad. Los jinetes, vestidos con los colores del distrito, corren una carrera de 90 segundos. Por supuesto, la Piazza del Campo, como plaza y no como hipódromo, es bastante insidiosa si la recorren los caballos a toda velocidad, y por eso ocurre a menudo que los jinetes caen del caballo antes de completar tres vueltas.
Entre los 17 distritos la rivalidad se dispara. Cada distrito está representado por un símbolo (animal o elemento natural) que data del siglo XIII, y que cuelga de los edificios de cada distrito. Los antagonismos entre los distintos distritos de Siena tienen orígenes antiguos. Algunos de ellos son oficialmente enemigos. El caracol y la tortuga se odian desde hace siglos, mientras que las hostilidades entre el búho y el unicornio se remontan a los años 50 del siglo pasado.
Hoy en día el Palio es la única competición oficial entre las comarcas que sigue vigente y toda la energía de los ciudadanos se concentra estos dos días. Todo comienza con una procesión histórica, antes de ambos eventos cada distrito prepara una gran fiesta que alimenta a miles de invitados con delicias culinarias, vino a raudales e historias y anécdotas.
La carrera dura sólo 90 segundos, pero en Siena la gente vive todo el año para este acontecimiento. Así que si quiere descubrir el verdadero y más profundo espíritu de Siena, no puede perderse el Palio. Reserve alojamiento en el centro histórico de Siena, un hotel o un B&B, o aproveche para disfrutar, con buen tiempo, de la sugerente campiña en una granja. Será una experiencia inolvidable.